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Conclusión

El futuro bebé experimenta en el útero materno un mundo de sensaciones y responde, a su manera, a los estímulos externos e, incluso, sueña. Debemos ser conscientes de la importancia que tiene un ambiente de tranquilidad durante los meses de gestación.


Durante el embarazo se produce un flujo de mensajes verbales con canciones, relatos, tonos agradables y música; también no verbales, a través de los mimos y caricias que harán que el pequeño lo recuerde en su memoria.

 

Los niños que han sido estimulados durante su vida intrauterina tienen mayores capacidades de atención, muestran una buena predisposición para aprender ciertos conocimientos, o pueden empatizar mejor con los otros.

 

Un bebé estimulado desde antes del nacimiento tendrá mayores aptitudes para poder socializarse y un desarrollo óptimo.

 



 

 

 

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