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¿Desde cuándo estimular con música?

Debemos empezar a estimularles durante la segunda mitad del embarazo, ya que durante la primera mitad, sus sentidos aún no están desarrollados y es necesario que lo estén, pues esta estimulación sólo funciona a través de los sentidos.


El aparato auditivo se termina de desarrollar aproximadamente al tercer mes y medio, a partir de ese momento comienza a captar los sonidos intrauterinos y entre el cuarto y quinto mes se encontrará apto para captar sonidos del exterior, a partir de esta etapa ya puede ser estimulado por los diferentes sonidos.

 

Por naturaleza el niño reconocerá la voz de la madre después de nacer y se sentirá más tranquilo y seguro, por eso es importante que el padre lo haga también. Las voces de ambos y la música que escojamos para estimular quedarán en la memoria del bebé como aquellas experiencias placenteras, llenas de cariño y afecto o lo contrario, si es que han sido asociadas a momentos de tristeza o displacer. Las reacciones o sentimientos que experimente la madre, son los que serán comunicados a su hijo.

¿Qué tipo de música escuchar?

Antes de nacer, los bebes prefieren la música suave, melódica y a la vez compleja como la de Mozart y Vivaldi.

 

Al margen del tipo de música que se elija, lo más importante son las emociones que despiertan en la madre. Si la música le causa placer o la tranquiliza, le permite expresar su amor, deseos y anhelos, esas emociones y sensaciones son las que serán transmitidas al bebé. No hay contraindicaciones si es que se toman las precauciones necesarias sobre el volumen y el cuidado del bebé.
 

Con la música fortalecemos el vinculo de la madre con el bebe, promovemos su bienestar, concentración, memoria, lenguaje, gusto por la música y estimulamos su cerebro en el momento más importante de su vida. 

Instrumentos de interés

El violín se oye, pero no provoca vibración en el embrión o feto; en cambio el violonchelo se oye y además provoca vibración.

El sonido del arpa no provoca vibración; sin embargo, el bebé en el útero puede oír su sonido y la madre puede relajarse, ya que tiene la virtud de armonizar y tranquilizarla. Podríamos decir que al feto, le causa tanto placer como a un adulto oír las gotas de lluvia sobre un techo.

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